Es un plato exquisito, bien hecho y sabroso bien condimentado.
Lo primero debemos saber el origen de este animal. Cuando se acerca la navidad es la temporada para consumir esas rojas carnes, es la temporada de caza del pato, que dura de octubre a febrero aproximadamente. Si este ha sido alimentado de forma mecánica o es de granja, nuestro pato tendrá buen sabor, su carne es apretada y muy sabrosa, nada que ver con el pollo. En cambio si se trata de uno salvaje la experiencia cambia no os lo podéis imaginar ya que os recordará y mucho su sabor al pescado. Esto porqué, esta claro que de lo que se come se cría y los patos salvajes no viven precisamente en un erial.
Si es de granja o comprado en la pollería o supermercado:
Hazlo como el pollo y dale un toque con alguna especia de tu cosecha que no suelas usar con el pollo, ten en cuenta que si lo cocinas con los mismos ingredientes, escabechado, asado o frito, necesitas que esa cocción supere en tiempo al doble que el pollo. Esto es porque es una carne muy apretada y dura si no lo haces bien. Fuego lento.
En mi caso lo pasé por la sartén, lo tuve dorando a fuego lento un rato y le añadí un poquito de cebolla cortada muy fina, aplastando con la rasera la pata, con muy poco aceite ya que como veréis, gracias a la grasa que tiene en la piel prácticamente no hay que poner aceite. Lo metí al horno y cuando ya consideré que estaba en su punto lo aderecé con mermelada de higos que me regaló mi vecino, casera, muy rica, hasta casi cubrirlo y apagué el horno. ¿Y esas bolitas verdes que se ven en la foto? os preguntaréis... pues pimienta fresca verde, ese fue mi especia secreta que añadí cuando se doraba la cebolleta. El hambre hizo el resto, dejé el hueso en el plato. Un vino dulce o vermú combina bien con este plato. delicatessen lo definiría yo.
No me culpéis si el pato os queda duro, que seguro que os pasará, es una carne qué, la pata en concreto hay que masticar. Si quieres textura de carne mucho más blanda decídete por comprar magret (pechuga) de esta riquísima ave.
Considero el pato un gran manjar, como cualquier especie de caza, no es fácil cocinar pato por el problema de que quede duro y no guste a tus comensales, si la cocina es lo tuyo sabrás perfectamente el truco para que puedas disfrutar de esta receta y hacer que se chupen los dedos tus invitados.
Lo primero debemos saber el origen de este animal. Cuando se acerca la navidad es la temporada para consumir esas rojas carnes, es la temporada de caza del pato, que dura de octubre a febrero aproximadamente. Si este ha sido alimentado de forma mecánica o es de granja, nuestro pato tendrá buen sabor, su carne es apretada y muy sabrosa, nada que ver con el pollo. En cambio si se trata de uno salvaje la experiencia cambia no os lo podéis imaginar ya que os recordará y mucho su sabor al pescado. Esto porqué, esta claro que de lo que se come se cría y los patos salvajes no viven precisamente en un erial.
Si es de granja o comprado en la pollería o supermercado:
Hazlo como el pollo y dale un toque con alguna especia de tu cosecha que no suelas usar con el pollo, ten en cuenta que si lo cocinas con los mismos ingredientes, escabechado, asado o frito, necesitas que esa cocción supere en tiempo al doble que el pollo. Esto es porque es una carne muy apretada y dura si no lo haces bien. Fuego lento.
En mi caso lo pasé por la sartén, lo tuve dorando a fuego lento un rato y le añadí un poquito de cebolla cortada muy fina, aplastando con la rasera la pata, con muy poco aceite ya que como veréis, gracias a la grasa que tiene en la piel prácticamente no hay que poner aceite. Lo metí al horno y cuando ya consideré que estaba en su punto lo aderecé con mermelada de higos que me regaló mi vecino, casera, muy rica, hasta casi cubrirlo y apagué el horno. ¿Y esas bolitas verdes que se ven en la foto? os preguntaréis... pues pimienta fresca verde, ese fue mi especia secreta que añadí cuando se doraba la cebolleta. El hambre hizo el resto, dejé el hueso en el plato. Un vino dulce o vermú combina bien con este plato. delicatessen lo definiría yo.
No me culpéis si el pato os queda duro, que seguro que os pasará, es una carne qué, la pata en concreto hay que masticar. Si quieres textura de carne mucho más blanda decídete por comprar magret (pechuga) de esta riquísima ave.
Considero el pato un gran manjar, como cualquier especie de caza, no es fácil cocinar pato por el problema de que quede duro y no guste a tus comensales, si la cocina es lo tuyo sabrás perfectamente el truco para que puedas disfrutar de esta receta y hacer que se chupen los dedos tus invitados.
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