Obús en las Fiestas del Arrabal
Todos debemos haber asistido alguna vez a un concierto en directo y para bien o para mal, la experiencia es una maravillosa noche, unas veces con aroma de alcohol y drogas, aunque esto no sea lo determinante y otras con el regusto de disfrutar de la música en vivo a secas, bueno... o con algún refresco. Se deben diferenciar varias clases de "entre el público" sí, lo llamaré así.
- Está el típico que va porque es un grupo que le gusta mucho a su novia.
¡Bien bien... empezamos bien! es un gilipollas típico, al que le puedes hacer lo que te venga en gana, pisarle, empujarle, tirarle el cubata. Es un alma bendita y no te molestará a no ser que vayas a por ella, su novia, entonces date por perdido. Muy bien le tienes que caer a la novia para que no te pise él, te empuje etc. Lo mejor empieza luego, cuando ves que la chica disfruta y el maromo no sabe ya dónde meterse, la verás que ya no se encuentra bien entre sus brazos e intenta bailar y seguir el ritmo junto con todos los presentes. Es el momento.
- Seguimos con el que no te deja pasar.
Es un personaje peligroso a todas luces, las que le faltan a él, impide llegar a las primeras filas bajo el escenario a toda costa, como si fuera el creador de todo el presente, el chalao de la posteridad, el que se queda en busca del autógrafo, el que gasta toda su pasta en discos. Es tal su frenesí
- La bajita.
¡Pobre! siento gran admiración por todas las mujeres
Entre 1'50 m y 1'70 m es la altura en que os encontráis la mayoría de las mujeres y eso se nota a la hora de ver (o solo ver los focos de) a tu artista favorito/a. ¿Handicap? pues no, a la primera fila maja que para eso están y si el escenario no es muy alto, mucho mejor. Siempre es bueno tener algún colega cerca que vaya aprovisionando de birra. Es una sufridora, acaba sudando abrazada al artista, no confundir con las "groupies" género ya prácticamente extinto, al menos en los que voy yo.
¿Cuantas espaldas más tenéis que aguantar.?
El truco es sencillo: golpead al principio tímidamente o después de manera apresurada, fuerte, con los nudillos, para que se cosque ¡...dejad pasar a la chiquilla desalmados!
- El fotógrafo inquieto.
Es un pesado para empezar, intenta con su cámara inmortalizar los grandes momentos, no dudará en ponerse la cámara sobre la cara ( o tu cuello) en el momento cénit de la actuación para con sus flases joderlo todo. Normalmente no paga, trabaja para una revista y hace bodas los fines de semana para comer, es lícito su trabajo. Lo que no se gasta en birras lo hace en drogas y aunque no lo parece, entiende más de discos que el que inventó iTunes, escucha la radio y está a la última, requisito necesario para sacar buenas instantáneas. Nunca baila y es el peor acompañante, lo ves al principio, desaparece y luego lo ves al final, en la barra, apurando un último trago.
Si consigues que te haga alguna foto te la mandará... sí, pero al cabo de ocho meses cuando ya ni te acordabas de él.
- El manager o promotor.
No te ha pasado nunca con alguien pensar "a este tío lo conozco" pues ese es el figura del que hoy hablamos aquí, el manager.
Es el que entra y sale del camerino a su antojo. Es el conoce todos los atajos para encontrar el primero la salida. Es el que ha visto al grupo más veces que cualquiera de los presentes. Es el que se encarga la mayoría de las veces, de encontrar un lugar confortable para la estrella aunque algunas
- El hombre de la SGAE.
A este nunca lo conocerás, ni siquiera te sonará de haberlo visto alguna vez en tu vida, es un ser misterioso que siempre llega el último y si el promotor es competente, el primero que se va. Es el que exige que se lo den todo hecho, el que pilla la pasta y se va, sin importarle lo más mínimo si por este concierto te has jugado el pellejo o también parte del glande y los huevos. Un ser a erradicar. Yo he conocido a varios, nunca dan la mano y si alguna vez lo han hecho ten por seguro que la cocacola se van sin pagar.
- El del bocata.
Siempre en todos los conciertos aparece un menda con un bocata ¿cómo es posible? ¿es que venden bocatas? pues no amigo lector, es un individuo al que el hambre le puede más que el concierto y salga o no preparado de casa el cacho pan aparece misteriosamente entre sus dedos. Lo observas detenidamente como queriendo saber de que irá además de miga la preciosa reliquia y sin darle más importancia... rraaaassss! en cuanto vaya a la barra a por priva ocupas su sitio.
- El que echa sangre por la nariz.
En algunos conciertos se produce lo que llamamos "el pogo" y de vez en cuando surge un mozo con toda la cara manchada de sangre, fuera producto de un cabezazo o no, lo mejor es apartarse y que no manche. Los hay impregnados de sudor, melenudos grasientos, rastafaris con bichitos, una hectárea tienen de campo y ¿me van a tocar todos a mí? es bueno otear un poco al personal desde una postura ventajosa y saber dónde ponerse a la primera, en el sentido figurado y en el normal. Si esto te ocurre cerca de la barra ¡quédate quieto! es algo parecido a su momento de relax, pedirá hielos, una cerveza y se irá corriendo otra vez a las primeras filas, disimulando la sangre entre la cerveza.
Hasta aquí llega este relato acomodado en el sillón. Si podéis, asistid a los conciertos en directo, los músicos os lo agradecerán.
The Real Mackenkies en sala López
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